Que bonito...

Hay tantos saludos como besos. Saludos cordiales, como dos besos en la mejilla, saludos intuitivos como alguna palabra cortés, saludos divertidos, como un gesto, mueca o guiño, saludos sociables como un apretón de manos… Sin embargo, en ninguno podría calificar el que hay bajo mi blanca camiseta… Ven, acércate, voy a saludarte con descaro, me he pintado sobre mi piel un mensaje para ti. Baja un poco más la mirada, hasta divisarlo. No se trata de bobadas, ni sandeces, es algo más que un escrito en mi abdomen, es un mensaje con el que te insinúo mis intenciones. Quiero que la tinta del bolígrafo, se convierta en saliva, que cada una de las escurridizas letras, forme un mar de besos, y que la frase que compone esta grafía, se convierta en mil caricias sobre mi piel. Necesito que lo observes, que lo arrulles con tus exhalados dedos y que termines borrándolo con tu boca. Porque ya sabes que, bajo mi falda, podrás perderte, que en mis piernas podrás seguirme y que, en mi boca, podrás besarme… Sé que esto es furtivo, pero me encanta la clandestinidad… Así que ya puedes ir de frente o de lado, que nada va a satisfacerme más que la dirección prohibida… Aferra tu mano contra la mía y nada nos pasará, abrázame fuertemente y no pasaré frío, fusionémonos en uno para impedir que este amor tan grande se destroce… Dicen, que cuando te escribes, dibujas, o rayas algo sobre tu piel, significa que lo que remarcó la tinta, será algo que nunca se olvidará… Ahora entiendo por qué la gente se dibuja corazones, para no olvidarse del amor, nombres de sus seres más queridos, para recordarlos siempre, una nota con la que acordarse de lo que tenías planeado, un número de teléfono que marcarás de vuelta a casa o la lista de la compra, para acordarte de todo lo que necesitas en casa… Sé que mi mensaje no es especial, pero sí que sella un destino juntos, pues cada día que pase, a diario, a semana, mes a mes… Será un día en el que entres por la puerta y pueda saludarte, sin gestos, ni apretón de manos, ni tapujos, ni indirectas… Una gran ola de besos que desemboque en tu estómago en forma de mariposas, para que cada mañana, en cuanto despiertes, te acuerdes de lo mucho que te quiero…