4 may 2009


Aún recuerdo aquel día que entraste en mi casa, asustada y sin saber donde estabas. Cuando eras pequeña, con tan solo unos meses, te trajeron conmigo, eras muy pequeñita y cuando creciste te llevaron a una finca para que pudieras ser más libre. Pasaron dos años y un 14 de febrero, el día de san valentín, un día hermoso y lleno de ternura, estaba en la ducha y apareciste tú. Me quede paralizada sin saber muy bien que hacer, pero tú saltaste en mis brazos sin darme tiempo a reaccionar. Mi madre me dijo que eras mi regalo del día de los enamorados. Ese día fue el más feliz de mi vida, tú habías sido desde el principio mi perrita favorita y te eché mucho en falta cuando estuviste esos dos años separada de mí. Querían hacerte una crueldad, eras una perra de caza pero tú nunca serviste para eso y querían sacrificarte, pero mi madre lo impidió y te trajo a casa. Era tan feliz contigo...te bañaba y te peinaba, incluso te compré un cepillo de dientes y golosinas de perros. Salíamos a pasear juntas, a los bares, al campo...siempre venías conmigo a todas partes. Si lloraba, tú siempre venías a mí, apoyabas tu cabeza en mi pierna y te quedábas mirándome todo el tiempo, daba igual si era una hora o dos, tú siempre aguantabas. A veces no confiaba ni en mi propia sombra y te contaba mis problemas a ti, tú nunca podrías contarlos y aunque pudieras hablar se que jamás lo hubieras hecho. Cuando llegaba cansada del instituto y entraba por la puerta de casa tú siempre estabas ahí, esperando desde hacía un rato y moviendo el rabo de un lado para el otro, feliz. Si estaba angustiada, triste o cabreada tú siempre te ponías a mi lado y de alguna manera me apoyabas, aunque fueras un perro, yo notaba tu cariño. Si salíamos de paseo con mis amigas y yo tenía que entrar a algún sitio, mis amigas te agarraban y tú te retorcías y llorabas, queriendo escapar y ehar a correr para alcanzarme, no podías estar dos segundos sin mí. Recuerdo cuando te sacaba suelta y te tirabas a los coches, siempre decía que algún día te llevarían por medio pero gracias a dios solo ocurrió una vez y no fue grave. Eras la perra más loca de todas, siempre lo decían, que eras única y que como tú no habían perros en el mundo. Siempre te acercabas a todo el mundo para saludar, siempre estabas pendiente de todo, hacias tus piruetas (que no se consiguen hacer fácilmente) cada vez que sabías que nos íbamos a la calle o cuando te iba a dar de comer. Mordías todas las cadenas para pasear que te compraba, ninguna era lo suficientemente fuerte y dura como para soportar tus tirones de alegría, porque eran de eso, de alegría. Siempre éramos tú y yo, mi cocker canela, mi loca preferida, mi perrita del alma. Más que una perrita eras mi amiga, mi fiel compañera, la que se que nunca me hubiera fallado si hubiera sido una persona o si hubiera podido hablar y expresarse. Lo eras todo, eras la alegría de la casa, lo único que me levantaba el ánimo...eras mucho más que un perro. Pero de pronto empezaste a cansarte mucho, te costaba subir las escaleras, ibas perdiendo poco a poco toda tu vitalidad, toda esa energía inagotable que tenías...no eras vieja ni mucho menos, por eso no entendía que te ocurría. Al poco tiempo, fuiste perdiendo peso, se notaban tus huesos y comenzaron a salirte heridas en la piel. Comías mucho y tampoco te había pasado nada malo que justificaran las heridas. Definitivamente te llevé al veterinario, te observó detenidamente y me hizo unas cuantas preguntas. Al cabo de un rato, se quedó en silencio, cerré los ojos imaginando su respuesta y deseando que no fuera lo que estaba pensando, pero sí. Me dijo que tenías lesmanhiosis, un pequeño mosquito que viene de áfrica y cuando pica a los animales les produce justamente los síntomas que tú tenías, acabando con el tiempo con su vida. En resumen me dijo que te daba unos meses más de vida. Era invierno, justamente 1 de enero del 2007 y calculando me dijo que probablemente no llegaras a primavera. Mis ojos se inundaron de lágrimas, mi corazón por dentro se desgarró, te miraba y no podía asimilar que tu vida estuviera por terminar, que ya había llegado el final de tu historia. Me dieron una medicación, unas pastillas que tenía que dártelas cada día, eso te ayudaría a sobrevivir más tiempo, pero no te curaría la enfermedad. Tenía esperanzas, tú eras una perra muy fuerte y muy luchadora y pensaba que ibas a ser del 10% de los perros que se salvan. Lo pasé muy mal viéndote empeorar, las pastillas te hacían coger algo de peso, pero a los dos días volvías a estar en los huesos. El pelo perdió su brillo y parecías una perra anciana y moribunda. Un día mi madre me comentó la posibilidad de ponerte la inyección letal, estabas sufriendo y no podíamos verte así, tampoco queríamos que tú lo siguieras pasando así. Al principio no acepté esa posibilidad, tenía fé en ti y sabía que juntas podríamos superarlo, que al final volverías a ser la misma perrita loca y juguetona. Esperé un tiempo, pero seguías igual o casi peor. Habían pasado los meses y la primavera, era junio, principios de mes. Al menos tenía la satisfacción de que habías aguantado más de lo que dijo el veterinario. Acabé cediendo para terminar con todo eso y mi madre pidió cita, el 6 de junio del 2007 nos separaríamos y no volvería a verte nunca más. La noche antes de que llegará el final, no podía parar de llorar, tú sabías algo, esa noche estabas más cariñosa que nunca e intentabas animarme como podías. Recuerdo que me encerré en mi cuarto contigo, puse música y nos tumbamos las dos en el suelo, abrazándonos. Tú apoyabas tu cabecita en mi hombro y yo te apretaba fuerte y te acariciaba. No soportaba la idea de que al día siguiente tú fueras a desaparecer para siempre. Esa noche dormiste conmigo en la cama, no podía dormir y estuve casi toda la noche mirándote, te corté un mechón de pelo y lo metí en una cajita junto con un mechón mío.

Al día siguiente te metimos en el coche, nunca llorabas, es mas, te encantaba ir en el coche porque sabías que nos íbamos de paseo, pero ese día no parabas de llorar y de estar inquieta. Eso me hacía más daño todavía, me hacía llorar más aún. Cuando llegamos a la puerta del veterinario, una amiga de mi madre intentó meterte adentro, pero no querías, cosa que nunca había pasado, porque nunca te negabas a entrar al veterinario. Tuve que darte un abrazo y decirte que estuvieras tranquila, que no iba a pasar nada malo, que no ibas a sentir nada. Entonces cediste y entraste, aquella fue la última vez que te vi. La amiga de mi madre estuvo todo el rato ahí contigo, porque nosotras no queríamos ver como te ibas, no sabemos a donde. A los minutos salieron, con una caja, ahí dentro estabas tú. Me dieron tu collar y tu correa, todavía olía a ti, ese iba a ser uno de los más grandes recuerdos. Cuando entré en casa todo estaba tan vacío...no era lo mismo sin ti. Gracias a que te trajiste al mundo perritos, ahora tengo algo de ti. Uno de esos perros que tuviste fue papá y ahora estoy cuidando de tu "nieta". Es como tú, del mismo color, la misma cara, la misma forma de ser. Pero ningún otro perro podrá llegar a ser lo que un día tú fuiste para mí, porque eras especial y lo seguirás siendo, porque estuviste ahí. Como he escuchado en una película, los perros no sabrían que hacer con una casa, con un coche...pero si tú les entregas tu corazón ellos te lo entragarán a ti y siempre he pensado que los perros tenéis más sentimiento incluso que algunas personas. No se donde estarás ahora, pero se que bien, al menos te fuiste sin sentir dolor, te quedaste dormida y no despertaste más. Ahora tu nieta tiene puesto tu collar y cada dia me acuerdo de ti. Al menos me quedo tranquila porque siempre te prometía que estaríamos juntas siempre, y así fue. Estuvimos juntas hasta que te fuiste. Siempre serás mi perrita querida.

1 comentario:

  1. me hicicste llorar.. es muy lindo tenerle cariño a estos humanos en forma de perros pues te hacen feliz estan contigo siempre dispuestos a escuchart y lo mejor es q ellos siempre t perdonan todo lq hagas ..siempre mueven su colita cuando te ven como si nt hubiesen visto en años.. yo tambien perdi ami perrita y todos los dias la extraño mas.. la amoo

    ResponderEliminar